sábado, 25 de junio de 2016

¿Evaluación o calificación?

La temática que mas me interesa es la evaluación en el sistema educativo. Me llamó mucho la atención dos entrevistas a profesores españoles realizadas (Manolo y Noelia & Encarna) por compañeros de la Universidad Nacional de Educación.

Evaluar.

En materia de educación, Ecuador necesita sin duda alguna una escuela donde se evalúe y no se califique, ya que calificar a los estudiantes es sinónimo de selección de “fracasados” y “exitosos”. Ecuador no quiere una población separada en sectores de fracaso y de éxito, sino una sociedad equitativa y responsable. Para lograr aquello la escuela debe evaluar y no calificar. Evaluar es un proceso de control de aprendizaje que va desde el diseño de un contexto evaluativo hasta ejecutar nuevas estrategias para continuar con el proceso enseñanza-aprendizaje de manera en solventar las deficiencias del profesorado y del estudiantado. A continuación se presenta un esquema del significado “evaluar” como un proceso educativo:


Evaluar en las escuelas no consiste en poner un número al conjunto de respuestas que registrar los estudiantes en un instrumento evaluativo. Evaluar va más allá de reproducir la cultura, de medir memoria y subjetivamente poner un número a las respuestas que predictivamente esperamos en los alumnos. Evaluar es hacer una pausa (observación con lupa) al proceso de enseñanza-aprendizaje. La lupa gira en torno al acompañamiento del docente a aquel diseño de evaluación orientado a identificar la interacción, las habilidades, capacidades, aptitudes y actitudes que responden los estudiantes.

El profesor a la vez que hace un registro de la conducta (filmaciones, fotografías, etc.) ya sea grupal o individual de sus aprendientes, está testificando los logros y/o deficiencia escolar frente a problemas y ejercicios destinados a identificar lo que el estudiante ha aprendido. Aquellas deficiencias se ven tratadas en el feedback aplicado por el docente hacia sus alumnos y en el rediseño de metodologías para que el estudiante alcance los objetivos de la educación escolar.

En definitiva, la evaluación es un proceso de: elaboración del diseño evaluativo, registro de incidentes de la conducta estudiantil, análisis de los comportamientos frente la instancia destinada a evaluar los objetivos de aprendizaje, retroalimentar las deficiencias y ejecutar nuevas estrategias para continuar con el proceso enseñanza-aprendizaje de mejor manera. Para llevar a cabo este proceso tanto maestro como estudiantes deben estar involucrados, existiendo una heteroevaluacion (profesor de clases), una coevaluación (entre estudiantes), autoevaluación (uno mismo) y una evaluación externa (profesor ajeno la clase). Así el control de los logros de aprendizaje se lo realiza desde varios enfoques y las acciones a mejorar serán variadas y seguramente efectivas.


Uno de los cuestionamientos más polémicos es ¿Qué evaluar?. Si educamos con la finalidad de preparar al individuo para su vida intrapersonal, interpersonal, afectiva y  laboral, debemos evaluar exactamente lo que enseñamos. En otras palabras evaluamos “el para qué enseñamos”. Enseñamos para preparar al individuo para una vida real, una vida fuera de las cuatro paredes de un aula clase. Una vida donde el conocimiento, las aptitudes, actitudes, habilidades y competencias son requisitos para la supervivencia humana. 

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